Hoy vamos a hablar de cuáles son los beneficios de realizar actividades de jardinería para niños. Trabajar en un jardín, ya sea plantando semillas en una maceta, ayudando a trabajar en un gran jardín al aire libre o incluso cuidando de un terrario, aporta muchas cosas positivas.
No solo aprenden cosas interesantes sobre la naturaleza, sino que, además, se divierten sin darse cuenta de que están realizando un trabajo y desarrollando responsabilidades. Veamos cuáles son estos beneficios de practicar jardinería con niños.
1. Fomenta la implicación y la responsabilidad
Las plantas requieren mucho cuidado. Olvidarse de regarlas podría hacer que se sequen, es decir, puede hacer que mueren. También hay que prestar atención y ver si la planta prospera con luz del sol directa o indirecta ya que esto también puede afectar la salud de la planta. Aprender a cuidar las plantas adecuadamente es una gran lección de responsabilidad para los niños .
2. Refuerza la capacidad de ser pacientes
Que una planta crezca desde una semilla puede llevar días e incluso semanas. La jardinería, por lo tanto, es un gran recurso para trabajar la paciencia. El mejor, sin duda, porque esperar siempre trae recompensas como una flor, un fruto o un alimento de la huerta.
3. Incrementa la seguridad y la autoestima
Si se hacen las cosas bien, se puede alcanzar el resultado deseado. Ya hablemos de una bella floración o de la satisfactoria cosecha de nuestras frutas, verduras u hortalizas, el éxito obtenido justifica con creces el sacrificio. Ver resultados en el trabajo y el esfuerzo aumenta la confianza de cara a iniciativas posteriores, tanto en éste como en otros ámbitos de la vida.
4. Ayuda a interiorizar la importancia del trabajo en equipo
Mientras más manos trabajen, más ligero será el trabajo. La jardinería puede dar mucho que hacer, por lo que hacer el trabajo juntos, como familia o entre amigos, lo hace más llevadero y divertido. Además el trabajo en equipo se traducirá en la consecución de objetivos colectivos, algo trasladable a otros contextos vitales para el desarrollo de los niños.
5. Incentiva la creatividad y el sentido crítico
¿Dónde ubicaremos nuestro jardín? ¿Qué plantaremos? ¿En qué recipientes o terreno lo haremos? Para contestar a estas preguntas y a muchas otras, es necesario acudir a la imaginación y, en caso de haberlas, a experiencias anteriores, de cuyos errores habremos aprendido y podremos, por tanto, corregir aquello que no salió como pretendíamos. Practicar jardinería es una oportunidad para hablar con nuestros hijos. Por ejemplo, podemos debatir sobre la mejor forma de ayudar a que el jardín crezca a través de la planificación y la organización. Una vez plantadas, hay que decidir quién cuidará de las plantas cada día, quién las regará, las vigilará, cómo les afecta el sol y cuándo puede ser una buena oportunidad para plantar más.
6. Reduce el estrés
Cuando elegimos actividades de jardinería para niños, estos realizan varias tareas que involucran el juego sensorial. Por ejemplo, meten las manos en la tierra, lo que provoca claras sensaciones físicas. Añaden un poco de agua y ven qué cambios provoca esto en la tierra. Ven crecer las plantas y flores o cultivan un vegetal que pueden comerse y ver cómo sabe. Centrarse en estímulos sensoriales como el olor, los sonidos o los colores del entorno proporciona una sensación de calma imprescindible para seguir rindiendo al máximo en el resto de ocupaciones.
7. Ilustra el funcionamiento de la vida animal y vegetal
Siempre surgen preguntas como: “¿Qué hace que las hojas sean verdes?” “¿Qué necesitan las plantas para crecer?” “¿Cuánta agua necesita la planta?” Es posible explorar la ciencia con ellos mientras practican jardinería. Esto demuestra, una vez más, que aprender puede ser divertido.
Aspectos como la época del año más propicia, el clima ideal, el ciclo de germinación de las semillas o las especies de insectos que podremos encontrar en cada planta (así como los que son o no perjudiciales para su crecimiento), representan un valioso espacio de aprendizaje sobre cómo funcionan la vida animal y vegetal.
Y estos son solo algunos de los tantos beneficios ya que sin duda, compartiendo tiempo de calidad con ellos, sea en el entorno que sea, nos da la oportunidad de acompañarlos en su crecimiento.